viernes, 31 de diciembre de 2010

Chile y la Enfermedad Holandesa


Se conoce como "enfermedad holandesa" (dutch disease) a las consecuencias provocadas por la existencia y auge (en el precio) de un recurso natural exportable, el cual por su gran importancia en la economía, deja de lado a otros sectores, disminuyendo su competitividad. En pocas palabras, el auge por este bien genera un aumento explosivo de su precio, lo cual provoca una gran entrada de divisas al país, apreciando su moneda y disminuyendo la competitividad de otros sectores exportadores (ajenos al bien en cuestión).

¿Le suena conocida la historia? Pues bien, si pensó en Chile y el cobre, estamos hablando el mismo idioma.

El aumento sostenido del precio del cobre en los últimos años, llegando a un precio récord de US$4,31 la libra este jueves, ha provocado una entrada de divisas al país que ha traido como consecuencia una apreciación del peso ($467 por dólar) y, por consiguiente, un deterioro en la competitividad de los bienes exportables (no cobre).

La creciente demanda de China, India y otros países asiáticos por productos básicos, ha tenido un impacto dual en los países latinoamericanos. El lado positivo de este asunto radica en el aumento de las exportaciones de estos paises, con grandes entradas de divisas. El lado negativo, es que esta entrada de divisas conduce a una disminución (¿transitoria o permanente?) del tipo de cambio nominal (y por consiguiente del tipo de cambio real). Esto a su vez, perjudica a las exportaciones de productos "no commodities" y es una buena noticia para los bienes no transables y las importaciones. Tanto las exportaciones de productos manufacturados como el nacimiento de otras productos exportables con valor agregado, se ven perjudicados por la sensibilidad que poseen ante el tipo de cambio.

Observando este escenario, las organizaciones que agrupan a los exportadores de diversos rubros en el país, han sacado la voz y piden con urgencia al gobierno y al Banco Central que intervenga en el mercado.

¿Intervenir o no intervenir?

Si la caida del tipo de cambio es transitoria (expectativa derivada de que el alza del precio del cobre también es transitoria) la respuesta es fácil. No intervenir. ¿Por qué? Porque las empresas pueden usar estrategias de cobertura para el tipo de cambio en el corto plazo, y el gobierno puede acumular reservas de divisas.

Si la caida es permanente (derivado de que el alto precio del cobre ha llegado para quedarse), la solución ya deja de ser fácil. Se torna más bien complicado el panorama. Sería necesaria una transformación mayor. Se produciría una contracción de los sectores que producen bienes y servicios que se comercian con el exterior. El aumento del ingreso generado por la exportación del cobre tendería a desindustrializar la economía nacional. Ante esto, son diversas las formas de intervención por las cuales se podría optar o combinar. Políticas fiscales, monetarias y financieras. ¿Cambiar el régimen de tipo de cambio a banda nuevamente? ¿Cambiar a un régimen de tipo de cambio fijo? ¿Regla fiscal contracíclica con la introducción de impuestos a las exportaciones? ¿Desarrollar fuertemente el mercado de derivados? ¿Mejorar los procesos productivos de las empresas tolerando un dólar más bajo?

Varias son las opciones, que dan para un amplio debate, trascendental para el nuevo escenario que enfrentará el sector exportador, los consumidores, y las autoridades económicas encargadas de dictar las pautas del rumbo de nuestra economía.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Joint venture: Soprole y Nestle. ¿Dónde queda la competencia?


"Según cifras de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), a octubre de 2010, Soprole y Nestlé Chile,alcanzan una participación en el mercado de recepción de leche de 26% y 18%, respectivamente. Es decir, en conjunto controlan un 44% del mercado.""

Soprole y Nestlé Chile, presentaron una propuesta de joint venture para manejar parte de sus negocios en el área de lácteos. Cada ente accionista tendría el 50% de la propiedad. De aprobarse el joint venture, esta empresa pasaría a formar parte de Dairy Partners Americas (DPA) la cual es una alianza que mantienen Fonterra (controlador de Soprole) y Nestlé en diversos países de América Latina. Se argumentan economías de escala y una mayor eficiencia para sustentar la alianza entre estas empresas, las cuales generarían eficiencia traída a valor presente de más de $100 mil millones.

¿Lo positivo de esta alianza? El DPA ha fomentado la producción y el aumento de la calidad de la leche en la región. Además se ha presentado un aumento del consumo de lácteos, gracias en parte a la innovación y el desarrollo de nuevos productos del área, los cuales han generado beneficios nutricionales para la población. Además, DPA pretende impulsar el desarrollo del sector lechero en el país; una meta es aumentar el consumo per cápita de leche de los actuales 120 litros anuales a 250 litros (nivel de los países desarrollados).

¿Lo negativo de esta alianza? La evidente disminución de la competencia en el sector. El aumento del poder de negociación de estas empresas (que ya por sí solas era alto) tiene a las federaciones y productores de leche en alerta. Soprole en su declaración al Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) indica: "Esta alianza buscará obtener economías de escala que permita ofrecer un alto valor agregado a menores precios" Es decir, mayores beneficios a menores costos. A nadie puede disgustarle la idea por sí misma. aunque esos menores costos no vienen asociados a un mejoramiento productivo de las empresas, sino que, generalmente, viene por parte de un menor precio de compra a los productores, los cuales se ven afectados fuertemente, debido a la disminución de su capacidad negociadora. Las economías de escala buscan proveer una mayor cantidad de productos a costos menores. Estos menores costos serían traspasados en forma de menores precios al consumidor (lo ideal), lo cual no siempre se cumple.

La disminución de la competencia se haría evidente en los segmentos de yogures y leche cultivada, ya que en estos segmentos, la alianza concentraría el 61% de las ventas. En el área de postres refrigerados, concentraría el 89% de las ventas. No hay que saber mucho de economía para darse cuenta que la competencia en el sector se vería fuertemente disminuida, esto es, un oligopolio con tendencia monopólica.

La alianza entre estas empresas puede traer beneficios y costos, como todas las cosas y decisiones de la vida. Las sinergias generadas por el joint venture, sumado a la mejora de eficiencia y un potencial aumento del consumo lácteo, puede nublar la vista ante las posibles consecuencias de permitir su alianza. La menor posición que alcanzarán los productores, el posible camino al monopolio del mercado, puede opacar la visión de menores precios al consumidor, ya que ante un escenario de menor competencia, la evidencia empírica muestra que las empresas obtienen utilidades exageradas (sino pregúntele a los bancos) y los consumidores poco y nada ven de las "economías de escala y menores costos".

“La competencia lleva a las empresas a mejorar continuamente su eficiencia, que es sine quo non para una mejoría constante en el nivel de vida." (Luis Cabral)

viernes, 10 de diciembre de 2010

Debate sobre educación entre Harald Beyer, J. J. Brünner y Joaquín Lavín


Revisando los últimos artículos sobre la reforma educacional impulsada por el gobierno de Sebastián Piñera, el cual está en trámite en el Congreso (donde dicho sea de paso, Joaquín Lavín tendrá que defender y argumentar con uñas y dientes), encontré esta transcripción de un debate entre Harald Beyer, J.J. Brünner (dos expertos en educación) y Joaquín Lavín

He aquí el link: http://mt.educarchile.cl/MT/jjbrunner/archives/2010/11/a_proposito_de.html