
El caso La Polar ha estado en la palestra gran parte del año 2011 y sigue aún hoy diariamente en los medios de comunicación.
Declaraciones van, declaraciones vienen... el panorama para esta tienda de retail dista mucho de aclararse en las próximas semanas.
Es bueno resumir los principales números de La Polar (no sólo estados financieros sino que la cifra de consumidores afectados, y las "lucas" que están en juego), y las principales implicancias que esos números conllevan.
Claramente hay varias aristas:
- En primer lugar el montaje realizado por los gerentes encargados de esta multitienda principalmente para no reconocer cuentas por cobrar y castigar las pérdidas asociadas a una cartera de morosos de larga data (no tanto así para perjudicar a los consumidores como se podría pensar).
- En segundo lugar, los accionistas de la misma (los cuáles han perdido un dineral de aquellos) al destaparse el escándalo y las verdaderas cifras de la tienda.
- En tercer lugar, los clientes, que habiendo comprado, no pagaron sus cuotas puntualmente, o no las pagaron nunca, o pagaron al principio del periodo y después ya no pagaron más, la gran mayoria repactados unilateralmente. Por lo que si bien son víctimas de repactación que subió a las nubes el saldo adeudado, se originó por un simple no pago reiterativo que generó los incentivos (debido a su abundancia) de repactar unilaterlamente.
- En cuarto lugar, se vieron tremendamente afectadas las confianzas en el retail. Tenga por seguro que en el futuro, poca gente dudará en denunciar a viva voz cualquier irregularidad que vea en su estado de cuenta o un mal cobro, aunque sea por mil pesos.
Existe de un tiempo a esta parte (unos 5 años quizás) un empoderamiento del consumidor permanentemente y en alza a través del tiempo. El consumidor ahora toma las riendas de la transacción que está llevando a cabo. Conoce sus derechos, tanto porque se los han informado adecuadamente como por su propio interés de informarse. Se cuestiona crecientemente por qué le están cobrando lo que le están cobrando, cuantos días tiene para desistir de la compra realizada, a quien recurrir ante un mal servicio o compra de un producto que no cumple con sus expectativas o se encuentra en malas condiciones, las sanciones asociadas, las instituciones que existen y sus funciones, entre otras cosas.
A lo anterior, han ayudado también los hechos que se conocen semana a semana de los abusos de las empresas hacia sus consumidores, las colusiones en las que éstas incurren (caso colusión de la industria del pollo, caso colusión de farmacias, en investigación está la colusión de los supermercados). Las altas utilidades en algunas industrias, que no hacen sino que reafirmar que hay algo que está mal en el sistema. (utilidades de isapres, utilidades de bancos) Las "extrañamente" altas tarifas que rondan en el mercado, por ejemplo, las comisiones de las AFP (¿cómo es posible que una AFP X cobre un 2,36% de comisión versus la más barata que cobra un 1,14% y que a su vez, "la más barata" se adjudique la nueva cartera de afiliados con una comisión de 0,77% ostensiblemente menor que toda su competencia?) Lo anterior da la impresión de un mercado que está confabulado para "meter la mano al bolsillo" del consumidor.
Bajo los hechos descritos, se genera un escenario de antagonistas: Consumidor v/s Empresas, donde cada uno buscar obtener la mayor utilidad (el consumidor pagando lo menos posible y las empresas tratando de cobrar el mayor precio posible, como en todo mercado, oferta y demanda galopando) Sólo que hasta hace poco, había una diferencia abismal entre el poder de uno y otro. Donde los más poderosos (las empresas) no dudaban en ejercer su hegemonía, cobrando los precios que se les diera la gana, coludiéndose si fuese necesario y redactando contratos que dejaban al consumidor a merced de los abusos más diversos, con cláusulas que rayaban muchas veces en lo ridículo y, lamentablemente, no existía un consumidor mayormente informado ni las instituciones adecuadas para ello. Sumemos también la influencia de los medios de comunicación, con periodismo de investigación que han sabido hacer su trabajo y han puesto en evidencia lo que ocurría en un Chile que está cambiando, para bien en muchos sentidos... Sólo que hemos dejado de lado algo muy importante: Los deberes del consumidor (Parte II).
Declaraciones van, declaraciones vienen... el panorama para esta tienda de retail dista mucho de aclararse en las próximas semanas.
Es bueno resumir los principales números de La Polar (no sólo estados financieros sino que la cifra de consumidores afectados, y las "lucas" que están en juego), y las principales implicancias que esos números conllevan.
Claramente hay varias aristas:
- En primer lugar el montaje realizado por los gerentes encargados de esta multitienda principalmente para no reconocer cuentas por cobrar y castigar las pérdidas asociadas a una cartera de morosos de larga data (no tanto así para perjudicar a los consumidores como se podría pensar).
- En segundo lugar, los accionistas de la misma (los cuáles han perdido un dineral de aquellos) al destaparse el escándalo y las verdaderas cifras de la tienda.
- En tercer lugar, los clientes, que habiendo comprado, no pagaron sus cuotas puntualmente, o no las pagaron nunca, o pagaron al principio del periodo y después ya no pagaron más, la gran mayoria repactados unilateralmente. Por lo que si bien son víctimas de repactación que subió a las nubes el saldo adeudado, se originó por un simple no pago reiterativo que generó los incentivos (debido a su abundancia) de repactar unilaterlamente.
- En cuarto lugar, se vieron tremendamente afectadas las confianzas en el retail. Tenga por seguro que en el futuro, poca gente dudará en denunciar a viva voz cualquier irregularidad que vea en su estado de cuenta o un mal cobro, aunque sea por mil pesos.
Existe de un tiempo a esta parte (unos 5 años quizás) un empoderamiento del consumidor permanentemente y en alza a través del tiempo. El consumidor ahora toma las riendas de la transacción que está llevando a cabo. Conoce sus derechos, tanto porque se los han informado adecuadamente como por su propio interés de informarse. Se cuestiona crecientemente por qué le están cobrando lo que le están cobrando, cuantos días tiene para desistir de la compra realizada, a quien recurrir ante un mal servicio o compra de un producto que no cumple con sus expectativas o se encuentra en malas condiciones, las sanciones asociadas, las instituciones que existen y sus funciones, entre otras cosas.
A lo anterior, han ayudado también los hechos que se conocen semana a semana de los abusos de las empresas hacia sus consumidores, las colusiones en las que éstas incurren (caso colusión de la industria del pollo, caso colusión de farmacias, en investigación está la colusión de los supermercados). Las altas utilidades en algunas industrias, que no hacen sino que reafirmar que hay algo que está mal en el sistema. (utilidades de isapres, utilidades de bancos) Las "extrañamente" altas tarifas que rondan en el mercado, por ejemplo, las comisiones de las AFP (¿cómo es posible que una AFP X cobre un 2,36% de comisión versus la más barata que cobra un 1,14% y que a su vez, "la más barata" se adjudique la nueva cartera de afiliados con una comisión de 0,77% ostensiblemente menor que toda su competencia?) Lo anterior da la impresión de un mercado que está confabulado para "meter la mano al bolsillo" del consumidor.
Bajo los hechos descritos, se genera un escenario de antagonistas: Consumidor v/s Empresas, donde cada uno buscar obtener la mayor utilidad (el consumidor pagando lo menos posible y las empresas tratando de cobrar el mayor precio posible, como en todo mercado, oferta y demanda galopando) Sólo que hasta hace poco, había una diferencia abismal entre el poder de uno y otro. Donde los más poderosos (las empresas) no dudaban en ejercer su hegemonía, cobrando los precios que se les diera la gana, coludiéndose si fuese necesario y redactando contratos que dejaban al consumidor a merced de los abusos más diversos, con cláusulas que rayaban muchas veces en lo ridículo y, lamentablemente, no existía un consumidor mayormente informado ni las instituciones adecuadas para ello. Sumemos también la influencia de los medios de comunicación, con periodismo de investigación que han sabido hacer su trabajo y han puesto en evidencia lo que ocurría en un Chile que está cambiando, para bien en muchos sentidos... Sólo que hemos dejado de lado algo muy importante: Los deberes del consumidor (Parte II).
No hay comentarios:
Publicar un comentario