En el momento en el cual
empieza nuevamente la discusión sobre la fijación del salario mínimo. Ad portas
de la votación para aprobar/rechazar un salario mínimo de $191.000, surge el
debate nuevamente de cuánto sería un salario mínimo acorde a la situación del
país y acorde a los trabajadores que perciben este salario.
Se estima que aproximadamente
el 11% de la fuerza laboral total del país percibe un salario igual o menor al
salario mínimo, es decir, unas 730.000 personas. La encuesta Casen del año 2009
indica que el 75% de estos trabajadores ejerce como obrero en industrias del
sector privado o se desempeñan en servicios domésticos.
En una entrevista concedida a
radio Universidad de Chile por el economista Joseph Ramos, indica
que “el sueldo mínimo se concentra en personas de baja calificación productiva
o de escasa experiencia. En el último caso me refiero a gente joven que ingresa
al mercado del trabajo y que al carecer de experiencia tiene baja
productividad. También, el salario mínimo tiende a presentarse en actividades
como la agricultura, donde los requerimientos por mano de obra calificada son
relativamente bajos”.
Según Andrés Zahler[1]:
“El 10% de los chilenos tiene ingresos promedio que superan los de Noruega,
mientras que los ingresos del 10% más pobre son similares a los de los
habitantes Costa de Marfil. La gran mayoría tiene, en promedio, menos ingresos
que los angoleños. Pese a que el PIB de Chile superó los 200.000 millones de
dólares el año pasado, los niveles de desigualdad demuestran que no basta con
el crecimiento para alcanzar el desarrollo.”
Y esa última frase es vital:
"No basta el crecimiento para alcanzar el desarrollo". Es importante
crecer y preocuparse por realizar lo mejor posible esa tarea, pero a la vez,
existe una segunda tarea pendiente: la distribución de la riqueza que se genera.
Tal como exponen en sus múltiples
conferencias tanto Franco Parisi[2]
como Antonino Parisi[3]
"el comunismo es experto en repartir pobreza. En cambio, el neoliberalismo
es experto en la creación de riqueza, y no saber repartirla" (o no querer
repartirla, nunca se sabe).
La cosa es simple, según el
FMI, Chile en el año 2011 exhibe un PIB per cápita (PPP[4])
de US$16.172 (algo así como $8.086.000 anuales por persona o, $673.833
mensuales por persona) Un cálculo simple indica que en un hogar “promedio”
compuesto por 4 personas, el ingreso debiera estar cerca de $24.258.000 al año,
es decir, $2.021.000 mensuales. Acá es donde uno se da cuenta que algo no anda
muy bien… O los números mienten… o están omitiendo información descaradamente.
Así como vamos, Chile debiera superar los US$20.000 de PIB per cápita hacia el
año 2016.
Si dejamos esa palabra tan
sesgada de lado, “promedio” y, se desagrega la información por deciles,
obtenemos un panorama bastante diferente que deja al descubierto la omisión
premeditada que oculta una cifra enmascarada en un promedio.
El ingreso mensual per cápita
por hogar se muestra en la figura[5]
a continuación:
Es evidente la gran diferencia
que existe entre deciles. El decil más pobre sobrevive (sí, sobrevive) en
promedio con poco más de $15 mil pesos al mes por persona que compone el hogar
(es decir, un hogar de 4 personas en promedio tendría $60 mil pesos
mensualmente para pagar los gastos que implica vivir).
- Aún más, se tiene que el 70% de la población cuenta con menos de $200 mil pesos mensuales por persona
- El 90% de la población cuenta con menos de $400 mil por persona mensualmente para cubrir sus necesidades e intereses..
- El 10% de la población con mayores ingresos a nivel nacional cuenta con casi $1.2 millones por persona, para los mismos fines. Es decir, 77 veces más ingreso per cápita que el decil más pobre.
Otros datos relevantes:
- Los deciles de menores ingresos tienden a concentrarse en zonas rurales (en el primer decil casi el 25% de los hogares pertenecen a zonas rurales).
- La escolaridad promedio de las personas que componen el primer decil es menor a nueve años (enseñanza básica completa). En cambio, las personas pertenecientes al 20% de la población con mayores ingresos poseen sobre los 12 años de escolaridad (enseñanza media completa y enseñanza superior completa o incompleta)
- También se puede decir que los deciles más pobres tienden a tener más niños menores de 4 años, más mujeres y más discapacitados.
¿Está mal que los ricos sean
ricos y los pobres sean pobres? ¿Es justo, injusto? ¿Es eso lo que se critica?
Pues no. Es totalmente lógico que existan diferencias entre las personas. Las
hay más o menos productivas, más o menos hábiles, más o menos inteligentes
(intelectual y emocionalmente). Por tanto es natural que existan diferencias de
salarios entre los trabajadores, ya sea por su productividad, oficio,
profesión, nivel de estudios, campo laboral, poder de negociación, entre otros.
El punto es la extremadamente desigual
distribución de la riqueza generada. ¿Cómo se determina cuan productivo es un
trabajador?, ¿cómo se determinan los salarios acordes?, ¿quiénes ganan un 70%
de la riqueza generada y quiénes ganan el 30%? ¿Por qué un 70-30? ¿Por qué no
60 y 40? ¿Quién lo determina? ¿Por qué los bancos, las isapres, las AFP, el
retail y tantos otros sectores tienen exorbitantes utilidades y, a la vez,
muchas veces sus empleados ganan un porcentaje mínimo, en conjunto, de esas utilidades?
¿El mercado lo dicta así? ¿Hay que colocar un mínimo de distribución de
utilidades entre los trabajadores que han aportado su experiencia, habilidades
y esfuerzo a generar esas ganancias?
Quizás no existan respuestas
concretas. Es la misma sociedad a través de sus grupos de representación políticos
y sociales, los llamados a determinar la metodología de ajuste de salarios
óptima que refleje el real aporte de todos y cada uno de las personas empleadas
en los diferentes ámbitos productivos a nivel país… Y, claro… una desigualdad
de esa magnitud (puede ser justa o no) no es precisamente un caldo de cultivo o
un círculo virtuoso que genere buenos elementos o condiciones óptimas a futuro
para el desarrollo social y económico… es más bien una crónica de una crisis social
anunciada. (dos dedos de frente).
[1]
Economista, entrevista concedida a radio Universidad de Chile en Septiembre de
2011.
[2] Franco
Parisi F. PhD. Rector IEDE, Director Escuela de Postgrado Universidad Andrés
Bello
[3] Antonino Parisi F.
PhD. Decano Facultad de Administración y Negocios - Decano Facultad de
Ingeniería Universidad de las Américas.

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